- Mostrar humildad, sin aparentar que sabe todo; expresar conceptos sencillos, naturales y espontáneos; hacer pausas al hablar, no pontificar, ni pretender decir siempre la última palabra, porque esto va en contravía con la comunicación.
- Todos los mensajes que se transmiten a través del lenguaje corporal, como la manera de caminar y de sentarse, forman parte fundamental del perfil de la empresa. Las compañías son como los individuos que las conforman: cada una tiene su propia personalidad, que se refleja en la presentación y el comportamiento de sus empleados.
- Cuidar las posiciones y los movimientos, ponerse de pie y extender la mano para saludar y dar la bienvenida a quien se acerque al lugar de trabajo, invitar a sentarse, ofrecerle una bebida, escuchar su mensaje sin atender llamadas ni aceptar interrupciones y despedirlo acompañándolo hasta la puerta.
- Cuidar que las lociones y perfumes que usa, lo mismo que los ambientadores y fragancias sean discretas, para no incomodar o marear al que ingrese a su oficina.
- Es indispensable ser puntual, no hacer esperar a nadie, cumplir lo establecido en el tiempo correcto, no terminar el arreglo personal en el baño, ni aprovechar las horas de trabajo para asuntos personales.
- La honestidad, la paciencia, el espíritu de servicio, la consideración hacia los demás y la generosidad son cualidades indispensables para ocupar cualquier cargo que se relacione con el público.
Por Redacción Comercial | Prensa Libre
Fuente: Diana Neira, asesora de imagen, escritora y catedrática de imagen en Bogotá, Colombia.