El vestuario de los empleados puede ser muy importante para la empresa tanto en sus relaciones con los clientes como con el resto del personal.
Por lo tanto, en el trabajo se puede decidir establecer un código de vestuario para evitar sorpresas desagradables. Este varía en función del sector en el que se trabaja.
Muchos de los directivos utilizan las normas de vestuario para “presionar” a sus empleados en algunos momentos y, cuando quieren relajar la situación, las flexibilizan. El código de vestuario puede convertirse en una herramienta más del incremento de la productividad.
La evolución de la moda ha dado lugar a una relajación en los códigos de vestuario por parte de las empresas. La gran cantidad y variedad de prendas de vestir que hay en la actualidad en el mercado permitieron esa apertura, para ambos sexos. Se pueden ver muchos ambientes de trabajo elegantes con una variedad de vestuarios distintos.
Los códigos de vestuario no tienen por qué ser una ley rígida ni hacer que la libertad de los empleados se vea resentida. Al contrario, entre más cómodo se sienta el colaborador, mayor será su productividad.
“Asesorar a los colaboradores en la indumentaria laboral para que se sientan mejor con ellos mismos es básico para la productividad. El punto intermedio de la balanza entre la imagen corporativa de la empresa y la imagen personal del colaborador existe. No es fácil de encontrar, al hacerlo, la autoestima de este último se dispara. La funcionalidad y la estética van de la mano, tanto en la moda, como en el vestuario laboral. Quizás porque moda y vestuario laboral, también van de la mano”, Laura Costa, asesora de imagen.Por Redacción Comercial | Prensa Libre