26 septiembre, 2018
De la misma manera en que la ropa que eliges, define tu estilo; las prendas que usan tus colaboradores, definen el tono general del ambiente que se vive en la oficina. El código de vestimenta informa a los colaboradores que es lo que se espera de ellos, en lo que se refiere a elecciones de vestuario y hábitos de higiene.
Como empresario, crear un código de vestuario establece los estándares generales y te ayuda a evitar problemas. Si algún trabajador se viste de manera inapropiada en la oficina, puedes respaldarte con el código al pedirle que se cambia. Sin un código de vestuario, seguramente ese trabajador te podría acusar de discriminación o señalamientos fuera de lugar. La industria a la que tu empresa se dedica, influye en las normas que vayas a establecer en el código de vestuario.
1. Crea una descripción de cómo quieres que se perciba el ambiente en la oficina. Considera el tipo de negocio y si los clientes visitan con frecuencia la oficina o no. Por ejemplo, una firma de marketing que trata con clientes muy importantes, necesita hacer impresiones formales. Mantén la impresión general en mente cuando redactes el código de vestimenta.
2. Escribe sobre los riesgos potenciales en el lugar de trabajo, con base en la ropa y los hábitos de higiene. En una fábrica, algún trabajador podría sufrir un accidente por cargar ropa floja, pelo largo sin recoger o joyería que le cuelgue: Mejor especifica estos riesgos para evitar accidentes.
3. Escribe una declaración inicial que explique las razones del por qué estás estableciendo un código de vestuario. Recuérdales a los colaboradores que el lugar de trabajo es un ambiente profesional y que se necesita mantener cierta atmosfera de formalidad.
4. Enumera el vestuario recomendado y la ropa que está prohibida. No dejes espacio para la especulación. El vestuario podrían ser blusas que enseñen el estómago, faldas muy cortas, blusas con tirantes, playeras con logos ofensivos o lemas irrespetuosos, jeans rotos y telas muy arrugadas, entre otros. Esto dependerá de la imagen que quieres que se de en tu empresa.
5. Define los hábitos de higiene que sean relevantes para el trabajo. Ya sea lavarse las manos antes de determinada tarea, usar guantes, recogerse el pelo en una redecilla, cambiarse de ropa, etc. También podría ser no usar maquillaje muy llamativo y brillante. Puedes pedir que se use un maquillaje más sobrio y natural en horario de oficina.
6. Escribe una lista de consecuencias si no se respeta el código de vestimenta. Empieza por pedirle al colaborador que se cambie. Pon en claro que habrá mayores consecuencias para quien ignore el código, como suspensiones o despidos, en especial a colaboradores que se rehúsen a corregir el problema.
7. Revisa el código y asegúrate que se establezca el código de vestimenta de manera correcta, que creará la imagen deseada para tu empresa. Evita cualquier requerimiento que interfiera o discrimine el género o la raza de algún colaborador.
Con estas bases ya puedes empezar a pensar en las reglas que integrarán tu código de vestimenta. Recuerda ser inclusivo, responsable y no establecer normas cuyo único objetivo sea demostrar poder o autoridad.
Fuente: Expok, Comunicación de Sustentabilidad y RSE; Small Business Magazine.
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