3 diciembre, 2018
Depende de las funciones que ejerza en una empresa, así será el tipo de vestimenta que deba usar. Lo primordial es pensar en la imagen que se proyectará a los clientes. Según Yolanda Sepúlveda, asesora de imagen personal y profesional, “el vestuario para un profesional es muy importante pues maneja su reputación. Además pone en evidencia su profesionalismo, la lealtad que tenga por la marca que lidera, la comunicación asertiva con su grupo, su influencia dentro de la organización y su autoestima”.
Sepúlveda recalca la importancia de tomar en cuenta la posición que se ocupa dentro de la empresa. “Si es dueño o gerente, siempre será referente de sus empleados de cómo vestir y es así como se convierte en el encargado de decidir cómo quiere que sus empleados se vean, si formales o informales”, añade la asesora. Cuando se trata de ropa casual, siempre se debe procurar comprarla de calidad. Esto para que no se deteriore rápidamente con el lavado y no se relegue al uso en el hogar.
En cuanto a las profesiones
En profesiones financieras, economía, derecho, medicina y política, lo que se debe transmitir es seguridad, confianza, solidez, firmeza y compromiso. Por lo tanto, para los hombres, el traje sastre formal es el ideal pues son profesiones conservadoras. Sepúlveda añade que entonces, lo ideal es elegir trajes grises y demás colores obscuros.
En el caso de las mujeres, también aplica la recomendación de usar un traje clásico y conservador. Faltas a la rodilla o la pantorrilla, blusas planchadas con escores muy conservadores y clásicos. Los zapatos deben ser obscuros de un tacón bajo y muy bien lustrados. Este vestuario también aplica para asistentes o secretarias que siempre deben causar una impresión de seriedad, para representar a la empresa para la que trabajan.
Para quienes se desempeñan como maestros, artistas, cineastas, fotógrafos, periodistas y algunos ingenieros, no existe un código formal para la vestimenta. Esto no significa que no se puedan vestir bien. Los jeans, con blazers, los tenis en buen estado, los sacos o gabardinas, las camisas polo, las camisas de vestir dobladas hasta los codos y los zapatos de cuero volteado son grandes aliados de este estilo casual, o incluso, business casual.
En el caso de las mujeres, tienen versatilidad para convertir una vestimenta informal en casual o incluso formal, con tan solo cambiarse zapatos. Los jeans son un buen ejemplo, pues se ven de manera diferente si tan solo se cambian los tenis por botas con un tacón discreto. Por supuesto que no se debe abusar de su uso.
Las ejecutivas pueden hacer combinaciones interesantes entre pantalones de vestir de cintura alta, blusas camiseras, chalecos formales, sacos y faldas tipo sastre, a la rodilla. La creatividad es responsabilidad de cada una, pues al confeccionarlos en varios colores, las combinaciones son innumerables.
Los vestidos tipo sastre son también una prenda de vestir muy sofisticadas. La comodidad dependerá de los zapatos que se decida utilizar, así como los accesorios. Estos deben ser discretos y no combinar accesorios de muchos tipos para no lucir de mal gusto.
Asimismo, según el diario El Siglo de Torreón, México, los estilos se dividen según la profesión:
Para saber si se ha elegido el estilo adecuado, se debe pensar en la personalidad e imagen que se desea proyectar. No hay reglas exactas y cada persona puede encontrar un estilo combinado y hacer cambios que se consideren necesarios, según la ocasión.
Por: Redacción Comercial, Prensa Libre. Fuentes: Yolanda Sepúlveda, asesora de imagen personal y profesional en Finanzas Personales. Diario El Siglo de Torreon, México.
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