10 julio, 2017
¿Alguna vez te has preguntado si los líderes nacen o se hacen? Muchas personas opinan que para lograr ser un líder positivo, primero tienes que explotar tus capacidades natas, las cuales te permiten desarrollar nuevas habilidades. Solamente así encontrarás el camino perfecto hacia la transformación y por ende, tu verdadero liderazgo.
Lo más importante para alcanzar ese liderazgo es hacer un compromiso personal para lograr los cambios que necesita tu vida. Por ejemplo: desarrolla más el concepto de la humildad, guía con el ejemplo, comunícate, aprovecha el tiempo, conoce tus límites, aprende del pasado y de tus errores y sobre todo, nunca dejes de mejorar en todo lo que hagas.
Un líder es una persona a la que un grupo sigue, la que inspira, la que es capaz de influir en los demás, es el orientador del grupo o de las masas, un influenciador que logrará que cada integrante del grupo o de la sociedad aporte lo mejor de sí mismo para alcanzar un objetivo común. Por ello, el líder debe estar siempre en un constante proceso de desarrollo, perfeccionar sus acciones, generar propuestas de crecimiento y usar su dinamismo cada vez que encuentre retos que el entorno competitivo y social le impongan.
Los expertos afirman que lo que diferencia a un líder de otro no es tanto la filosofía del liderazgo que posea, o la personalidad o el estilo de gestión, sino su forma de pensar, es decir, la manera de interpretar su entorno cuando sus objetivos se ven amenazados. Sin embargo, pocos líderes intentan comprender sus propios pensamientos, y muchos anteponen su seguridad e integridad por proteger estos objetivos por los cuales ha luchado gran parte de su vida.
A continuación, te presentamos algunos tipos de líderes con los cuales te puedes sentir identificado. ¿Quieres saber a cuál perteneces?
1. Estrategas: Consideran las restricciones como aspectos que pueden ser cambiados, son muy buenos creando visiones organizacionales las cuales ayudan en la transformación de la personalidad. Ellos actúan como agentes de cambio en sus lugares de trabajo, creen en la colaboración y sus ideas de negocio poseen conciencia social.
2. Alquimistas: Tienen la capacidad de renovarse a sí mismos y a la empresa de manera considerable. Pueden manejar muchas situaciones a la vez, así como también entrar en discusión con superiores y subordinados. Usualmente se trata de personas carismáticas que mantienen altos estándares morales.
3. Diplomáticos: Son amables y pueden controlar su carácter y comportamiento con las personas que tiene a su cargo. Tratan de evitar los conflictos a toda costa, se muestran educados y bajo ningún concepto proporcionan comentarios negativos. Nunca toma decisiones por temor o por ira. Siempre piensa antes de actuar.
4. Expertos: Estos líderes siempre tratan de perfeccionar sus habilidades. Se esfuerzan constantemente por alcanzar la perfección y presentar datos y resultados precisos para defender sus ideas. Sin embargo, pensar que son perfectos puede resultarles muy problemático, ya que no aceptan sus errores. Ellos consideran la colaboración de las demás personas solamente como un medio para no perder el tiempo, por ello siempre tratan a sus subordinados con cierto aire despectivo.
5. Cumplidores: Se basan en reglamentos establecidos para alcanzar sus metas. Están abiertos a escuchar opiniones, brindan apoyo y son al mismo tiempo desafiantes. Son conscientes que para resolver los problemas requieren de su capacidad de influir en la gente de manera positiva. Son muy buenos para el logro de algo a corto y largo plazo, lo cual les da la capacidad de retener a la gente que necesitan.
6. Oportunistas:Son aquellos que piensan únicamente en las ganancias personales. Observan a las personas que están a su cargo como oportunidades que pueden ser explotadas y aprovechadas. Piensan que su comportamiento y decisiones son las mejores, reaccionan con rudeza cuando se les recalca sus errores. Los líderes que siguen esta filosofía pocas veces alcanzan el éxito.
7. Individualistas: Estos líderes piensan de forma muy natural, sin restricciones. Este modo de pensar les ayuda a comunicarse adecuadamente con otras personas. Suelen generar algún tipo de problema entre sus colegas porque consideran que no puede haber diferencias entre los valores propuestos y la forma en que el líder piensa e implementa sus acciones. Por lo tanto, a veces dejan de lado las reglas que les parecen innecesarias.
Si te sentiste identificado con alguno de estos tipos de líder es importante que examines tus patrones de liderazgo actuales y hagas los cambios necesarios para guiar positivamente a o refuerces la forma de comunicarte con otras personas. A medida que avanzas a través de las distintas etapas de desarrollo, irás tomando los atributos positivos que necesites para llevar al más alto nivel tu posición de líder.
Por Gerber Consuegra | Prensa Libre
Fuente: El líder que no tenía cargo, Robin Sharma, Editorial Grijalbo, Lamina educativa publicada por Prensa Libre, Productividad y Desarrollo, 1 de 4.
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